El miércoles 21 de noviembre fue un día importante para nuestra Carrera de Ingeniería Ambiental, para nuestros océanos y para la biodiversidad marina, al llevar a cabo una destacada jornada de desplastificación en la pintoresca Playa Tres Picos. La iniciativa fue posible gracias a la colaboración activa de la Municipalidad de Miraflores, que reconoció la importancia de abordar el problema creciente de la contaminación por plásticos en nuestras costas.
Impulsados por el deseo de contribuir al bienestar ambiental, los estudiantes del curso de Introducción a la Ingeniería Ambiental se sumergieron en la tarea con entusiasmo, logrando recolectar un impresionante total de 23 kilogramos de residuos en menos de dos horas. En el contexto de esta preocupante estadística, resulta evidente que el plástico ha asumido un papel central, destacando la envergadura del desafío que afrontamos en cuanto a la gestión de residuos.
La minuciosa intervención de los participantes reveló una variedad sorprendente de desechos plásticos, desde los habituales como bolsas, tecnopor, botellas y chapitas, hasta elementos menos convencionales como partes de juguetes, envolturas de detergente, tornillos y, asombrosamente, botellas de vidrio. Además, surgieron objetos inesperados, como envolturas de productos ya descontinuados y fragmentos de calzado. Estos hallazgos destacan la complejidad de la problemática, abarcando no solo los desechos cotidianos, sino también elementos más inusuales que requieren una atención especializada.
Lo más preocupante, sin embargo, fue la identificación de depósitos de plástico degradado, una fuente directa de microplásticos. Estas diminutas partículas, menores a 1 mm, representan uno de los contaminantes más insidiosos que afectan a nuestros mares y ríos. En el contexto del mar peruano, los plásticos de un solo uso emergen como la principal fuente de generación de microplásticos, fragmentándose bajo la influencia de factores ambientales.
La conexión entre los desechos plásticos y la generación de microplásticos es un ciclo preocupante. Las partículas resultantes pueden ser ingeridas por especies marinas más pequeñas, que a su vez se convierten en presa de organismos de mayor tamaño, dando lugar a la bioacumulación de estos contaminantes a lo largo de la cadena alimentaria. El impacto final es evidente cuando consideramos que estas especies marinas pueden llegar a ser consumidas por las poblaciones costeras, amenazando la seguridad alimentaria y presentando un escenario desolador, cargado de partículas plásticas perjudiciales.
En este contexto, se destaca la importancia de llevar a cabo campañas de limpieza profunda en playas, especialmente en zonas rocosas, como medida estratégica para reducir la acumulación de plásticos que, con el tiempo, se degradan y contribuyen a la presencia de microplásticos en el ecosistema marino. Estas acciones no solo abordan los efectos visibles de la contaminación, sino que también trabajan para mitigar las consecuencias a largo plazo, protegiendo la salud de nuestros océanos y preservando la biodiversidad marina para las generaciones futuras. Somos conscientes que cada esfuerzo cuenta en la lucha contra la marea creciente de plásticos que amenaza nuestro preciado entorno marino.
Por todo lo mencionado, nos sentimos orgullosos y agradecidos con nuestros estudiantes de la Carrera de Ingeniería Ambiental y a la Municipalidad de Miraflores, por el trabajo y esfuerzo que realizaron para tener un mundo mejor.